miércoles, 6 de octubre de 2010

Las microempresas y la expoliación. (I)

Como soy un economista marxista es obvio que estoy por el cambio y es por ello que me he ocupado de hacer propuestas al gobierno del cambio y como no soy dogmático, sino que pienso que las ideas, las teorías deben de ser y estar acordes con la realidad, mis planteamientos y propuestas las hago desde la Economía Solidaria, una teoría que parte de la realidad y que se encuentra en proceso de construcción por varios economistas de América Latina, entre los cuales me incluyo.  
 

En esta ocasión además de algunas sugerencias para CONAMYPES y el viceministro de economía Mario Serna, queremos alertar sobre algunos riesgos que enfrentan las microempresas en sus relaciones con el capital, ya que el Programa de Gobierno del FMLN plantea cosas positivas, como: “Estimular la organización y asociatividad de las MIPYMES, su integración en redes empresariales, apoyando su integración horizontal y vertical...”Planteamiento propio de la economía solidaria, pero a continuación agregan: “...y su articulación con la gran empresa.” Aquí es donde a mi juicio se equivocan y lo hacen porque desconocen la subsunción indirecta del trabajo en el capital. De modo que les diremos rápidamente de qué trata.
 
Al interior de la Formación Económico Social Capitalista (FESC) se encuentran además del Modo de Producción Capitalista  (MPC),  formas economicas no capitalistas, tales como:
 
* Campesinos  * Sector informal urbano * Microempresas  * Cooperativas  *  Economía familiar * Instituciones sin fines de lucro  * Empresas solidarias 
 
Todas estas formas económicas se vinculan directa e indirectamente con el capital, para explicar estas vinculaciones que resultan ser muy negativas, aunque poco estudiadas teóricamente, es necesario acudir a:
 

La subsunción indirecta del trabajo en el capital.

 
El término subsunción posee dos significados, a saber: inclusión y subordinación.
 
Inclusión, quiere decir que el proceso de trabajo se ha convertido en un instrumento del proceso de valorización del capital.
 
Subordinación, significa que es el capitalista quien dirige el proceso de trabajo y se apropia de lo producido. Dicho brevemente es el capitalista quien decide qué producir, cuánto producir y cómo producir. Cuando existen relaciones salariales se trata de una subsunción directa y cuando no existen, se habla de la subsunción indirecta.
 
Diremos que el trabajo en la economía no capitalista está subsumido indirectamente en el capital, cuando se convierte en un instrumento mediato del proceso de valorización del capital, esto es, sin que medien relaciones salariales entre el capital y el trabajo y a su vez que el capital subordina de manera indirecta el proceso de trabajo. En tal situación los trabajadores son expoliados. Por  expoliación entendemos la transferencia de valor que ocurre desde las formas de trabajo no capitalistas hacia el sector capitalista de la economía. Transferencias que pueden ocurrir por diferentes vías o medios.
 
De manera bastante resumida nos parece que es posible señalar cuatro casos generales de subsunción indirecta en las relaciones de la economía no capiatalista con el capital genérico o como un todo.
 
El primer caso se presenta cuando el trabajador se ha creado y capacitado al interior de la economía solidaria y ya formado se transforma en un trabajador asalariado, bajo el dominio directo del capital. El capital se está apropiando del valor de esa fuerza de trabajo, sin haber incurrido en ningún costo para su formación, ya que esa fuerza de trabajo se creó al margen de los circuitos del capital. Se trata de una fuerza de trabajo autoproducida.
 
El segundo caso ocurre cuando la economía solidaria se vincula con el capital, ya sea mediante compras o ventas al sector capitalista de la economía. En tales relaciones ocurre generalmente un intercambio desigual, la economía solidaria da más de lo que recibe. Una posible explicación podría encontrarse en las diferentes racionalidades con que operan el sector capitalista y el sector del trabajo, así como en sus diferentes niveles de productividad o bien, en la naturaleza diferente de los productos que comercian.
 
El tercer caso tiene que ver con la realización y consumo al interior de la economía solidaria de mercancías producidas y realizadas por el capital, en tanto que se contribuye a ampliar la órbita de valorización del capital, así como a acelerar la velocidad de rotación del capital, sin cargar con todos los costos de circulación, lo cual se traduce en beneficios extraordinarios para el capital.
 
El cuarto caso está asociado con el capital bancario o financiero y se da cuando al interior de la economía solidaria se utilizan, vía cooperativas de ahorro y crédito, bancos comunales o cualquiera otros intermediarios financieros, recursos provenientes de la banca comercial o capitalista, la cual no carga con los costos, ni con los riesgos de manejar una cantidad inmensa de pequeños créditos. O bien, cuando los intermediarios financieros propios de la economía solidaria captan recursos, los cuales pasan después a ser depositados en la banca comercial. En cualquiera de las dos situaciones se está posibilitando una valorización extraordinaria del capital.
 
En la medida que la economía solidaria se vincule con el sector capitalista de la economía, cabe la posibilidad de la expoliación. La cual sólo podrá ser eliminada hasta que ya no existan formas capitalistas o que la economía solidaria no se vincule con el sector capitalista, lo cual implicaría un desarrollo muy grande e integrado de las diferentes unidades de la economía solidaria, lo cual resulta más utópico que la desaparición del capitalismo. Algunas formas de disminuir la expoliación son, por ejemplo, desarrollando la articulación intra e intersectorial de la economía solidaria, creando sus propios circuitos financieros, realizando compras y ventas de manera asociada, etc.[1]
 
Respetando la extensión propia de un periódico tendré que continuar la temática en otro artículo.
 
(*) Economista y colaborador de ContraPunto



[1] Para un mayor desarrollo de esta temática ver: Montoya, Aquiles, Economía Crítica, cap. 8., aunque la cita anterior ha sido tomada de El Manual de Economía Solidaria, de próxima publicación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario