miércoles, 6 de octubre de 2010

Microempresas y la expoliación (II)

Por microempresas entendemos aquellas empresas con menos de cinco trabajadores y que no son capitalistas, esto es,  que operan con una lógica de sobrevivencia, por oposición a las empresas capitalistas cuya lógica es maximizar beneficios sin importar cómo. 


Lo anterior es una diferencia cualitativa, de mayor importancia que las diferencias cuantitativas, mediante las cuales se busca alinear a las microempresas del lado de las empresas capitalistas. Todos somos empresarios, lo único que algunos somos chicos y otros grandes. No señores, algunos son empresarios no capitalistas subsumidos indirectamente a las empresas capitalistas.
 
El cambio debe de provenir desde abajo, decíamos en un artículo anterior, y ahora añadimos desde lo más chiquito, siguiendo a Isabel Rauber, si queremos cambiar a El Salvador. En consecuencia CONAMYPES, debería de impulsar un cambio en su visión y en sus políticas de apoyo a las microempresas, de tal manera que avancen hacia una economía solidaria.
 
¿Cómo pensamos que se puede lograr tal cambio? Primero persuadiéndose de que la economía solidaria es el camino y por tanto deberían de conocerla todos los que trabajan en CONAMYPES, así como las instancias superiores del Ministerio de Economía. No es correcto descartar algo que ni siquiera se conoce.
 
Segundo, se requiere “Estimular la organización y asociatividad de las MIPYMES, su integración en redes empresariales, apoyando su integración horizontal y vertical...”
 
Ciertamente tratándose de un universo tan grande se requiere de organización y asociatividad a fin de poderlo atender de manera adecuada, afortunadamente ya existe algún avance en esta materia y donde no la hubiera habría que promoverla.
 
Su integración en redes empresariales sería de mucha ayuda a fin de que pudieran realizar ventas al gobierno, quien debería de tener una opción preferencial por las microempresas, las cuales deberían estar exentas de impuestos.
 
La articulación intra e intersectorial resulta ser de mucha ayuda a fin de ir creando los eslabones de la cadena de valor agregado y que éste –el valor agregado- se quede en el sector microempresarial y no se vaya al sector capitalista.
 
En segundo lugar resulta clave la solidaridad a fin de que la asociatividad de sus frutos y no termine siendo una mera asociatividad como la de las cámaras o asociaciones empresariales. El interés del colectivo debe de prevalecer sobre el interés individual lo cual implica que deben de ayudarse mutuamente, compartir información, tecnología, etc.
 
En cuarto lugar es suma importancia la formación técnica (administrativa, financiera, comercialización, jurídica, tributaria, etc.) a fin de que puedan realizar una adecuada autogestión. Recordar que este aspecto, entre otros, fue el que falló con las cooperativas de la Reforma Agraria.
 
En quinto lugar si queremos ir creando microempresarios con una mentalidad nueva es preciso también la formación político-ideológica, conocimiento de la realidad capitalista, etc. Así como promover nuevos valores y principios solidarios.
 
Por otra parte se requiere de cuestiones mucho más prácticas, tales como cambiar la dirección  y la orientación de INSAFORP; promover la creación de mercados para la venta de la producción de las comunidades organizadas; crear una Banca Solidaria alimentada con recursos estatales así como con donaciones internacionales, esta banca debería de contar con un Fondo de Garantía Solidaria; coordinar con autoridades locales y eclesiásticas para diferentes actividades; modificar la LACAP, etc.
 
Bien, por ahora nos quedamos aquí, esperamos seguir pensando y escribiendo.

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