miércoles, 6 de octubre de 2010

¿SIS o MIES? Hagamos la diferencia

En El Salvador, con la nueva administración Funes, se ha creado la Secretaría de Inclusión Social (SIS), algo novedoso y a su vez interesante; sin embargo, en Ecuador han creado un Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) y además del rango que se le confiere a la nueva Institución, dedicada a enfrentar la problemática de la exclusión social, tal parece que han comprendido que no puede haber inclusión social si no existe inclusión económica y para bregar en este campo han creado una Ley de Economía Popular y Solidaria y toda la institucionalidad requerida. 


En países capitalistas y subdesarrollados como el nuestro, debería de resultar obvio que la exclusión social es la resultante de la exclusión económica, de allí que de poco servirá trabajar por la juventud, la mujer, la familia, etc. si no es como parte de un programa mucho más amplio que promueva y facilite la inclusión económica. ¿Y cómo hacerlo? Pues, promoviendo, fomentando y apoyando las empresas solidarias. ¿Contaremos con las instituciones requeridas para hacerlo?
 
Digamos que contamos con algunas pero que habría que reorientarlas. Ya que no se trata de apoyar a las microempresas, desde la óptica de que constituyen un vivero de empresas capitalistas. Y, en todo caso, ello no debería de ser una responsabilidad del Gobierno, al menos, de uno que busca el cambio. Además, de que la experiencia demuestra que, la inmensa mayoría de microempresas nunca se desarrollan, dada su situación de desventaja para competir con las empresas capitalistas. Pretender lo contrario es como creer que la “selecta” podría competir en condiciones de igualdad con la selección de Brasil, porque las reglas del juego son las mismas.
 
Si la exclusión social y económica están a la raíz de muchos de nuestros problemas debemos de enfrentarlas de manera frontal e integral, no con paliativos como los subsidios o con reparticiones gratuitas de uniformes, útiles escolares o semillas. Esas son salidas, pero no soluciones. Que ayudan, si, pero un Estado asistencialista no resuelve los problemas, sencillamente los posterga y recuérdese que las arcas del Estado no están colmadas y tampoco tenemos petróleo o gas, mucho menos grandes recursos como Brasil.
 
Para darles algunas ideas de cómo se trata esta problemática en Ecuador haré algunas citas libres de su nueva Ley de Economía Popular y Solidaria, en el apartado referido a la protección, promoción y fomento de las empresas populares y solidarias. Veamos:

a)     Crear un registro de empresas solidarias.
b)     Dar preferencia de parte del estado a las empresas solidarias en sus compras de bienes y servicios.
c)      Exención de impuestos a las empresa solidarias. Si se exime a las maquilas ¿por qué no hacerlo con las empresas solidarias?
d)     Crear una Banca Solidaria, así como un Fondo de Garantía Solidaria, además de canalizar recursos vía intermediarios no capitalistas.
e)     Incluir dentro de los programas de educación asignaturas y carreras vinculadas con la economía solidaria. En la UCA impartimos diplomados.
f)       Apoyo y fomento de parte de los gobiernos municipales, incentivando el comercio justo, el consumo ético y el trueque comunitarios. Además de crear centro de acopio y de comercialización solidaria.
g)     Promover, capacitar y brindar asistencia técnica y asesoría para la producción exportable.

Como ven, es mucho lo que se puede hacer y en el país tenemos la ventaja de que ya existen numerosasexperiencias, aunque el apoyo gubernamental haya sido nulo. Hagamos la diferencia, atendamos a las ideas nuevas, no nos quedemos en el pasado.

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