En el pasado reciente, y aún ahora, cuando la doctrina neoliberal se había apoderado de las mentes de muchos economistas y otros profesionales, convirtiéndolos más en creyentes que en seres pensantes, se afirmaba que como resultado del crecimiento económico, la riqueza habría de rebalsar hasta alcanzar a los más pobres y ya no habría exclusión social.
En la actualidad con las diferencias del caso se cree que reactivar a las empresas capitalistas mediante la ayuda estatal es la salida a la crisis, y con ello vendrá el empleo y se acabará la exclusión social. Pero si en el pasado no se logró, no existe nada que nos llevé a pensar que ahora si ocurrirá.
En la actualidad con las diferencias del caso se cree que reactivar a las empresas capitalistas mediante la ayuda estatal es la salida a la crisis, y con ello vendrá el empleo y se acabará la exclusión social. Pero si en el pasado no se logró, no existe nada que nos llevé a pensar que ahora si ocurrirá.
Ciertamente, cualquier medida del gobierno orientada a generar o a incrementar los ingresos de los más desposeídos, se ve como una buena acción, ya que de esa manera se está paliando la miseria, pero no es menos cierto que se está incrementando la demanda, la cual sabido es, cae ante una situación de recesión. De tal manera que, se podría pensar que esto conduciría a un incremento en la producción y consiguientemente, en el empleo.
Desafortunadamente, como somos una economía extremadamente abierta los incrementos en la demanda no se traducen en incrementos en la oferta, vía incrementos en la producción doméstica, sino que traducen en incrementos en las importaciones, como se ha podido comprobar con la demanda generada por las remesas, de donde seguramente no habría incremento en el empleo y la brecha comercial se incrementaría.
Bien, con lo anterior lo que buscamos es ejemplificar el hecho de que cualquier medida que busque reactivar la economía sin alterar el modelo de capitalismo en el cual vivimos –y no me refiero exclusivamente al llamado modelo neoliberal, que a mi juicio es más correcto llamarle terciario maquilero- sino al carácter heterogéneo, desarticulado, extrovertido y fundamentado en la sobre explotación de los trabajadores, no conducirá a enfrentar, cuando menos, problemas como el desempleo, la pobreza y la exclusión social, ya no digamos la degradación ambiental y la desigualdad de género.
Seguramente, el nuevo gobierno tenga claro tal realidad y por ello creó dos nuevas secretarías: la de asuntos estratégicos y la inclusión social. Y es a ellas que van dirigidas mis sugerencias.
1ª. Sugerencia.
Ante la crisis del desempleo y la delincuencia, sugiero crear un plan masivo de becas, tanto a nivel básico como superior, al interior del país y como en el exterior, con ello se estaría generando ocupación y a su vez se estaría preparando un contingente significativo de fuerza de trabajo calificada y disponible para cuando se supere la crisis, además de que se estaría compensado la fuga de trabajadores calificados debido a la migración.
2ª. Sugerencia
Establecer un límite a las ganancia de las empresas, ya que en situaciones excepcionales como las actuales existen empresas que obtienen beneficios extraordinarios, lo cual no es aceptable desde ningún punto de vista.
3ª. Sugerencia
Promulgar un decreto de emergencia y con carácter temporal, en el cual se establezca por ley que las empresas que cierren pueden pasar a manos de los trabajadores, si estos así lo desean y si no se les cancela el pasivo laboral. La empresa de seguridad recién quebrada podría seguir funcionando, sin ningún costo para el Estado y con gran beneficio para los empleados.
4ª. Sugerencia
Que la SAE y la SIS convoquen a representantes de los trabajadores del campo y de la ciudad (excluidos los sindicatos), de cooperativas, de asociaciones comunales, de asociaciones de mujeres, de jóvenes, de lisiados, de ambientalistas, etc. Así como a representantes de ONGs que tengan actividades de promoción económica entre empresas no capitalista a fin de diseñar una estrategia que busque:
a. Incrementar la oferta de bienes y servicios.
b. Crear mecanismos de comercialización solidaria.
c. Crear mecanismos de financiamiento solidario.
d. Promover la creación de empresas solidarias que atiendan la demanda de bienes de consumo básico, así como la demanda de bienes por parte del Estado.
Para lograr lo anterior será necesario que formen parte de la estrategia: CONAMYPES, FISDL, INSAFOCOOP e INSAFOR.
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